Es un escudo cortado inspirado en las formas de los blasones españoles. En el cantón superior se ilustra el templo parroquial, el curato y la venerada imagen de la Virgen de la Defensa.
En el cantón interior, a la diestra, una vista de la Presidencia Municipal; y en la parte trasera el cerro del frijolito, a la derecha el bosque con sus pinos que cubren el arco antiguo de la capilla de San Juan, con la puerta del casco de la hacienda de la Yerbabuena; en el centro la piedra que bifurca el agua o el río; significado de Atemaxaque, arriba de la piedra las imponentes nubes características de los paisajes matutinos y los bellos atardeceres; al centro un campo sembrado de maíz y de hortalizas, la entrada de la mina de oro de San Bartolomé, que está encantada según la leyenda, los sembradíos y los campos llenos de flores de santa María, las figuras de ejemplares de diversas especies de animales domésticos y una fuente.
Por timbre, una rodela y armas de guerra del tipo que usaban las culturas prehispánicas.
Por adornos exteriores, una banda que rodea todo el contorno del escudo y que lleva impresas unas leyendas en ambas caras, en la parte central se aprecian un par de estrellas.
El templo y la imagen de la Virgen de la Defensa simbolizan la fe de los habitantes de este municipio. La vista de la presidencia municipal, a la diestra del blasón, alude a la arquitectura típica de la municipalidad.
Los elementos incluidos en el cuartel inferior representan las principales actividades productivas del municipio siendo éstas: la cría de ganado vacuno, ovino, equino y aves de corral; el cultivo de maíz y hortalizas (rábano, col, lechuga, zanahoria, cebolla, apio, etc.); y prioritariamente, el aprovechamiento de los recursos forestales, ya que es ésta la principal actividad industrial del municipio pues se encuentra en la Sierra de Tapalpa, donde abundan bosques de pino, encino, roble y madroño.
En ese mismo conjunto alegórico aparecen dos símbolos de la población: la fuente de cantera que se encuentra en la plaza principal de la cabecera municipal y la mina en el cerro de La Lagartija.
La mina hace referencia a la leyenda de que en el cerro de La Lagartija existía un yacimiento de oro de donde se extraía este metal precioso para financiar las fiestas patronales. Pero la existencia de esa riqueza despertó la ambición entre algunas personas que ansiaban enriquecerse. Ante esa actitud egoísta ocurrió que la mina quedó encantada y jamás se volvió a encontrar la entrada.
En la parte superior se aprecian elementos de guerra que representan las raíces prehispánicas de los habitantes de esta región.
En la banda que rodea al municipio se aprecian dos leyendas: una con el nombre de la municipalidad: Atemajac de Brizuela; y la otra con las palabras: Cultura, Honestidad, Trabajo, principios que rigen la conducta de los oriundos de este lugar.
A la versión original del blasón se le han hecho algunas modificaciones en su diseño para quedar como ahora lo conocemos. Se desconoce el nombre de la persona que diseñó el escudo municipal.
Se sabe que el escudo se empezó a utilizar en el trienio 1989-1992, siendo presidente municipal el señor Martín Reynoso Dávila.